El siguiente material presenta un listado de recomendaciones que deben ser tenidas en cuenta durante la exposición frente al micrófono. Su lectura atenta y detallada, así como el trabajo por internalizar cada una de ellas, son tarea fundamental durante este primer año de carrera.
GENERALIDADES
- LA RADIO SE DEBE DISFRUTAR, “HACER AIRE” DEBE SER UN PLACER. Sin importar el formato que se está realizando, el horario, el medio, etc.
- EL AIRE ES “SAGRADO”. Por lo tanto, hay que ser responsable, cuidar lo que se dice, ser respetuoso (incluso con quienes no conocemos o con quienes piensan distinto) y evitar perder tiempo en cosas que “no suman”. Nunca hay que olvidar la responsabilidad social del comunicador y la ética profesional.
- CONOCER A LA AUDIENCIA. Nunca debe olvidarse cuál es el target del programa y de la radio en general.
- CONOCER EL MEDIO. Saber quiénes son los dueños, cuál es la línea editorial y cuáles son “las reglas internas”.
- SER EXTREMADAMENTE PUNTUAL. La radio no espera y el público tampoco. Un programa comienza en el momento que está pautado, no después. A la radio hay que llegar temprano siempre.
- ESTAR SIEMPRE INFORMADO. Aunque no se trabaje en programas de actualidad, hay que saber lo que pasa. Escuchar varias radios, ver noticieros, leer diarios, estar al tanto de lo que ocurre en las redes sociales, hablar con gente en la calle hacen que el comunicador esté preparado para cualquier oportunidad.
- TRABAJAR DE MANERA ORGANIZADA. Aunque al aire el programa parezca improvisado, se debe tener una rutina que detalle el contenido. La planificación previa, que puede modificarse durante el aire por diversas causas, genera seguridad en el equipo de trabajo.
- LAS EXCUSAS NO SALEN AL AIRE. Muchas veces, lo que ocurre alrededor puede distraer, desconcentrar, etc. Hay que “hacerse cargo” de los errores.
- EL MALHUMOR Y LOS PROBLEMAS PERSONALES NO SE EXTERIORIZAN. Las cuestiones personales quedan en la puerta del estudio; al aire, no deben notarse. Al público no le interesa ni debe percibir el malestar de los integrantes de un programa.
- LOS COMERCIALES NO SE LEVANTAN. Son, generalmente, el sustento económico de la emisora y, por tal motivo, debe cumplirse con su emisión. Si falta tiempo, habrá que acortar o suspender otros contenidos.
- NO SESGAR LA INFORMACIÓN. El compromiso con la verdad y con ofrecerle al público un panorama completo de lo que ocurre debe ser más fuerte que cualquier sentimiento personal. Hay que decir lo que gusta y lo que no.
- SI SE INCORPORA OPINIÓN DEBE SER FUNDAMENTADA. No se debe opinar por opinar, hay que tener argumentos, hay que hacerlo cuando se conoce el tema.
- NO HACER COMENTARIOS QUE GENEREN PÁNICO EN LA AUDIENCIA. Hay que dejar que el público saque conclusiones. Los hechos deben presentarse y evitar interpretaciones excesivas que provoquen expectativas negativas o miedo. Se debe lograr que el oyente tome conciencia sobre la importancia de los temas sin “activar alarmas”.
- USAR EL CONDICIONAL CUANDO UNA INFORMACIÓN NO FUE CHEQUEADA O CONFIRMADA. Es importante para evitar problemas legales posteriores. En el caso de una muerte, es preferible esperar a que la información sea 100% segura.
- NO PISAR EL TOP. Se debe procurar que la señal sonora que indica la hora salga “limpia”. Por supuesto, no se debe cortar una frase al medio ni repetirse (aunque se considere que no se entendió lo dicho durante su emisión).
- NO PISAR AL COMPAÑERO CUANDO HABLA NI A LOS ENTREVISTADOS CUANDO RESPONDEN. Hay que esperar siempre a que haga un punto para poder intervenir. En ese momento, no debe pedirse “perdón” por interrumpir, simplemente hay que hablar.
FRENTE
AL MICRÓFONO…
- SER AUTÉNTICO, NATURAL Y PERSONAL. No obstante, no debe confundirse “ser uno mismo” con querer ser como “en casa”. Siempre se está en una “postura profesional” – propia, cómoda y acorde al medio – pero que no es “del todo real”. La búsqueda del estilo propio no es simple, siempre está en constante desarrollo. Lo importante es “no copiar a nadie”. No es bueno que el público escuche la radio y piense “hace lo mismo que…” o “lo está copiando a…”.
- SER CORDIAL. La radio establece una comunicación afectiva que todo profesional del medio debe alimentar constantemente. Al oyente hay que tratarlo bien y “seducirlo” con la propuesta que se le ofrece.
- USAR CORRECTAMENTE EL VOCABULARIO. Emplear el idioma de manera adecuada no hace un profesional aburrido o “pacato”. Debe recordarse siempre la función educativa que tienen los medios, ya sea sobre la base del modelo europeo, por sustitución de la escuela o, simplemente, por ser un modelo para la sociedad.
- HABLAR FÁCIL. Todos los miembros de la audiencia, desde los más cultos hasta los que no saben leer ni escribir, debe comprender lo que se dice en la radio.
- SER CLARO, CONCISO Y BREVE. Está probado que la efectividad de un mensaje radiofónico cumple con dichas características. Las exposiciones extensas frente al micrófono pueden resultar “pesadas” para el oyente.
- NO ABUNDAR EN DETALLES. Los oyentes no los recordarán debido a que, quizá, no esté escuchando atentamente o, simplemente, porque son muchos datos.
- USAR LA PALABRA JUSTA. La precisión es un requisito indispensable para un comunicador. El oyente no hará ningún esfuerzo para entender lo que quiso decir el profesional que está escuchando, simplemente pensará “¿y qué quiso decir?”.
- NO SER AUTORREFERENCIAL. Lo importante de un programa de radio es el contenido, no la vida del conductor o del resto de sus integrantes. Si bien es un recurso válido para amenizar, no se debe abusar de él.
- HABLARLE A LA GENTE, NO A LOS COMPAÑEROS DE LA RADIO. Un programa no es una reunión de amigos. Se trata de un “show” para el público que está escuchando. Además, debe evitarse que la conversación que se genere “en la mesa” se parezca a la charla informal con amigos, compañeros de trabajo, familiares, etc. Debe ser un diálogo profesional.
- CAMBIAR TONOS Y VELOCIDADES, USAR MATICES, TENER RITMO. Explotar todos sus recursos vocales al máximo hará que el público no se aburra. El contenido no es todo.
- EL SILENCIO VALE. Las pausas son imprescindibles en la radio. Ayudan a dar sentido, a que el oyente procese la información. No siempre se trata de hablar de corrido y sin que queden “baches”.
- ELIMINAR LAS MULETILLAS, EVITAR LOS RUIDOS DE LA SALIVA Y TODO OTRO VICIO. Si el oyente los percibe, los encontrará molestos. Podría incluso cambiar de radio porque “se cansa” de escucharlos. Además es poco profesional.
- ESTAR PENDIENTE DE LA DISTANCIA AL MICRÓFONO Y DE NO QUEDAR FUERA DE PLANO. Conocer los tipos de mics, usar retorno y estar pendiente del operador son las claves para no fallar en este punto.
- NO HACER RUIDO CON HOJAS, LAPICERAS, SILLAS, ETC. El aire debe ser limpio de sonidos que perturben la atención del oyente. En el estudio, silencio de radio.
- NO PEDIR “PERDÓN” LUEGO DE UN ERROR. Si quien está al aire se equivoca, debe continuar, tratando de que su yerro pase inadvertido. Solo se recomienda corregirse cuando éste sea muy “grosero” o afecte la inteligibilidad del mensaje.
- NO PEDIR “POR FAVOR”. Pedir las cosas con buen tono y amabilidad es suficiente. Sí puede decirse “GRACIAS”, por ejemplo, cuando un columnista termina su participación.
- LEER SOLO DATOS Y FRASES TEXTUALES. La radio hace muchos años que dejó de ser “libreteada”. El oyente busca espontaneidad y la lectura se la quita. Por supuesto, esta regla no se aplica para la ficción.
UN CONDUCTOR…
- DEBE “MEDIR” LOS TIEMPOS Y EL RITMO DEL PROGRAMA. Más allá de la tarea del coordinador de aire, es necesario tener un “termómetro propio” para reconocer si se está en los tiempos preestablecidos, si lo que se está haciendo es interesante o aburrido, etc.
- TIENE QUE ADELANTARSE DOS PASOS. Mientras se desarrolla un contenido al aire debe conocerse lo que sigue y lo que ocurrirá después también. Es probable que, si el siguiente contenido es muy breve, se produzca un “bache” hasta que se averigüe cómo hay que seguir.
- DEBE ANTICIPAR LAS SEÑAS AL OPERADOR. No debe esperarse a terminar la exposición para indicar que, en ese mismo instante, sale un contenido desde el control. Simplemente, levantando la mano, el operador técnico comprenderá que debe poner atención porque, en breve, se convertirá en el protagonista.
- TIENE QUE ESCUCHAR AL OTRO. Es fundamental estar atento a todo lo que se dice. El público suele molestarse cuando, por ejemplo, se repite lo que otro ya dijo o se pregunta algo que ya fue dicho en una respuesta anterior. Queda en evidencia que no se estaba prestando atención.
- DEBE CONOCER DE ANTEMANO TODO LO QUE PASARÁ EN EL PROGRAMA (HASTA EL MÍNIMO DETALLE). No queda bien ante la audiencia quien no se involucra en los contenidos y que hace preguntas del estilo “¿de qué nos vas a hablar hoy?”, “¿qué nos trajiste para contar?”. La preproducción es parte vital de la radio y es para todos los integrantes del programa.
- DEBE EVITAR “VENDER” LO QUE NO ES 100% SEGURO DE QUE OCURRA. No es recomendable usar expresiones tales como “hoy vamos a entrevistar a…” (cuando la comunicación no está establecida o el entrevistado aún no llegó), “si el tiempo lo permite, vamos a…”. Se anticipa sólo lo confirmado.
- NO DEBE PRODUCIR AL AIRE. El conductor debe evitar dar indicaciones a la producción mientras habla. Deben evitarse las frases del estilo “me gustaría que llamen a…”, “quiero hablar con…”, “tráeme…”, etc. Usar señas, escribir carteles y hablar en forma áfona pueden ser soluciones viables para dar indicaciones urgentes.
- NO DEBE AVISAR LO QUE SE VA A HACER. Es innecesario decir “ahora vamos con” o “vamos a…”, simplemente hay que hacerlo. Lo mismo en una entrevista, no debe decirse “una pregunta…” o “le quiero preguntar si…”, hay que preguntar.
- NO DEBE PRESENTAR LA TANDA. Nunca debe decirse, por ejemplo, “vamos a la tanda”. Si se avisa que van a aparecer los comerciales, la gente puede que haga zapping. Si la tanda sorprende, es efectiva.
- NO DEBE DAR AL AIRE UN TELÉFONO (U OTRO MEDIO DE CONTACTO) SIN DECIR PARA QUÉ. La gente, muchas veces, llama a la radio con fines que no son los propuestos desde los programas. Simplemente, hay que hacer una pregunta, dar una consigna y luego pedir que la gente se comunique: a la audiencia hay que encauzarla.
- NO PRESENTAR LO QUE SUCEDIÓ ANTES DE UN SEPARADOR, UN INFORMATIVO, UNA TANDA, UN TEMA MUSICAL... Lo que no se cerró en el momento adecuado debe dejarse pasar. Queda “descolgado”, sobre todo para quienes acaban de encender la radio o de sintonizar la radio.
UN COLUMNISTA…
- ES UN PROFESIONAL ESPECIALIZADO. Por tal motivo, lo que dice al aire no puede ser todo lo que conoce respecto de un tema. Su conocimiento, siempre que la información lo permita, debe ser más profundo. En ocasiones, es positivo que el conductor y el columnista hablen antes de la salida al aire para evitar situaciones embarazosas y preguntas del estilo de: ¿tenés idea si…?, ¿sabés si…?, ¿qué pasaría si…?
- NO DEBE HABLAR HASTA SER PRESENTADO. Con su saludo, los conductores evitan generar el desconcierto en la audiencia que provocaría escuchar a alguien hablar sin poder reconocerlo.
EXPRESIONES QUE DEBEN ERRADICARSE
- Muy bienvenidos. Se es bienvenido o no. Y como no existen “grados de bienvenido”, se debe eliminar el adverbio.
- Vamos a estar hablando, vamos a estar comentando. Estas perífrasis se han convertido en clichés de la radio de hoy. Incluyen 3 verbos para reemplazar a 1: hablaremos, comentaremos, etc. Además, no debe olvidarse que existen reglas que determinan el uso correcto del gerundio.
- Contame, te cuento, llamame. El programa no es para la figura principal, es para la gente. Por lo tanto, se debe incluir al público siempre. Son preferibles las formas: “contanos” o “les cuento”.
- El día de ayer, el día de hoy, el día de mañana, el día jueves. ¿Qué otra cosa son “ayer”, “hoy”, “mañana” y “jueves” además de días?
- Estamos aquí, seguimos acá. Son obviedades que deben evitarse al aire.
- Así es, exactamente. Cuando sea necesario responder afirmativamente, decir “sí”.
- Minutitos (y otros diminutivos). Demás está aclarar que hay que decir “minutos” y que la radio no es el ámbito más apropiado para hablar de cosas “chiquititas”.
- Bien, muy bien, excelente. No debe calificarse lo dicho por uno ni por los demás.
- “La temperatura es de 15º”, “la humedad es del 95%”. Es incorrecto usar la preposición “de” delante de los datos del tiempo. La temperatura “es 15º”, la humedad “es 95%”.
- Bueno, y bueno, así que bueno. Evítese preceder el cierre de una exposición con tales expresiones.
- Mmm, ajá, ¿sí?, ok. Son muletillas que “no suman” al discurso y quedan desprolijas. Deben erradicarse.
- ¿Te parece? Evitar preguntarlo. ¿Qué ocurriría si, por ejemplo, al columnista “no le parece” la propuesta del conductor?
- Terrible lo que está sucediendo con este tema, no sé dónde vamos a ir a parar. Son conclusiones poco profesionales. Si no se sabe qué decir, es preferible “cerrar” los temas sin agregar nada.
- Como vos bien decías, hoy por hoy, me están avisando que tenemos a…, queridos oyentes, gente linda, es todo desde aquí, volvemos a estudios, compartiendo buena/la mejor música, esta propuesta radial, este grupo maravilloso de trabajo, este programa que hemos titulado, la información nos llega, en nuestra mesa de trabajo. Todos son lugares comunes en los que un profesional no debe caer.
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